Atapuerca

Pudiera parecer extraña o forzada la relación entre los lugares donde se desarrolló la vida del primer europeo y el espacio urbano donde se asienta la Catedral de Burgos, pero esa relación es cierta y se asienta sobre una realidad: el camino.

El camino como elemento de la necesaria comunicación entre personas y culturas, entre lenguas y costumbres; pero también como vehículo para el comercio o para salvar los accidentes geográficos que nos lleven a nuestro destino; o el camino como la certeza del encuentro.

En el entorno de Burgos y de la sierra de Atapuerca se cruzan muchos caminos que nos comunican con el norte y centro de la península, con el este, con la frontera de los Pirineos y por todo esto se producen los asentamientos del primer europeo, los encuentros de ejércitos que dan lugar a batallas o el Camino de Santiago, como principal itinerario cultural europeo. A través, principalmente, de este último llegan a nuestra ciudad las tendencias del arte gótico que florece en las regiones más cercanas a Centroeuropa y por el que acceden artesanos, canteros, comerciantes, artistas, arquitectos y entre todos ellos alzan nuestra imponente Catedral.

Por tanto, diferentes épocas, diferentes motivaciones (religiosas, culturales, comerciales, guerreras) pero que provocan el poblamiento del primer europeo y la portentosa Catedral en un entorno de pocos kilómetros.

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